lunes, 5 de noviembre de 2012

Elegancia, por favor.

 Ayer compré el nuevo álbum de Taylor Swift: "Red" . En mi opinión es el peor de sus discos porque sus canciones ya no demuestran lo que ella siente, sino lo que sus managers quieren que transmita a su público. Y no sólo lo noto yo; otros fans me han dado su opinión sobre Red y dicen exactamente lo mismo que yo: Taylor Swift se está "vendiendo"; está dejando que cambien su forma de ser, su imagen. Su música es cada vez "menos suya", con letras que sólo la convierten en otra de esas cantantes lascivas del siglo XXI.
Pero aun así sigue siendo una persona a la que admiro. Taylor Swift no era muy "popular" en el instituto -y fijaos hasta dónde ha llegado-, empezó a componer canciones a los 13 años y por lo que dice en ellas, se ve que es una persona que agradece lo que tiene y entiende el concepto de amor.
Hace poco leí que es la mujer que más capta la atención de los hombres y de las cámaras sin quitarse la ropa.  Es muy elegante y viste de forma que exalta su feminidad, haciéndola más atractiva aún.



 Si una persona es incapaz de respetar su propio cuerpo, ¿por qué van a respetarlo los demás?
Actualmente, la sociedad -la moda- nos educa de forma frívola, y lo único que importa es la "diversión", llamada también drogas, alcohol y sexo. 



De pequeña recuerdo que tenía unas muñecas llamadas Bratz. No sé si os suenan, pero a mí me encantaban porque venían con muchísimos complementos y zapatos distintos con los que vestirlas. El verano pasado, haciendo limpieza de armario en mi antigua casa, encontré una de estas muñecas y estuve analizándola durante un tiempo. Me sorprendió cómo los diseñadores les marcan las curvas, les ponen maquillaje a lo bestia y les visten con minifaldas o camisetas que enseñan el ombligo. Los labios son sensuales y la mirada sólo demuestra deshonestidad. (Pinta puuuuuuuuta...)


Lo que quiero decir con todo esto es que a las chicas se nos dice desde los tres años que esto es la feminidad. Toda la publicidad, prácticamente, habla del cuerpo de la mujer y se dirige a las chicas diciéndoles que son demasiado gordas o demasiado delgadas para ser felices en la vida.

La televisión, los libros, la música, las revistas... Solo es una manera sibilina de cambiarte el pensamiento. ¿Y qué es lo que pretenden?
Pretenden que la sociedad se base en el materialismo, donde lo espiritual no importe, y así quitar a Dios del medio.

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