¡Buenaaas! Llevaba tiempo queriendo tener mi propio blog, pero he estado con exámenes, trabajos, canguros... ¡Por fin empiezo! Aún no tengo muy claro lo que voy a escribir, pero supongo que serán entradas de noticias, gente, música y cine.
He decidido llamar "Adictos a los chicles" a mi blog porque -aparte de haber puesto otros mil nombres anteriores y tener que cambiarlos ya que estaban siendo usados por otras cuentas- soy una compradora compulsiva de chicles y sé que muchos de vosotros también.
En mi cole las profesoras nos regañan por tomar tanto chicle; no entienden nuestra necesidad de masticar algo. De hecho, uno de los retos en clase es tomar chicle sin que te pille la profesora. La vergüenza te invade cuando tu tutora te pilla con bubble-gum; más que nada porque entre las 30 alumnas que somos en clase, de ellas probablemente 20 estén mascando chicle, y sólo te han pillado a ti, lo que significa que disimulas muy mal. Lo normal es que te mande tirarlo a la papelera o te ponga algún negativo, pero ya se ha rumoreado el caso de profesoras que cogen el chicle y te lo pegan al pelo.
Siempre ha habido profesionales a esto de los chicles, como por ejemplo Jimena Zalba, a la que hoy mismo la tutora le ha preguntado si estaba tomando chicle, y ésta, diciendo que no, ha conseguido esconder el gum con un juego de lengua magistral durante toda su exposición delante de la clase.
Por otro lado, las alumnas nos quejamos de los robos. Siempre hay alguna rata que abre las mochilas de las demás y se queda con lo que le gusta: los chicles. También roban libros que han perdido, algún boli de color fosforito, hasta roban cepillos de pelo... Pero eso no les produce satisfacción. Lo que les gusta a estas ladronas es saborear aquello que han quitado a la de al lado.
Pues bien... A ver si os gusta el sabor de mi nuevo blog.
P.D.: ya iré mejorando el diseño; soy nueva en esto...
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